Rafael Mies

¿Es Alemania un país especial?

De distintas maneras Alemania está presente en la mente de...

Por: Rafael Mies | Publicado: Jueves 27 de septiembre de 2012 a las 05:00 hrs.
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De distintas maneras Alemania está presente en la mente de muchos chilenos. No son pocos los inmigrantes que han dejado huella en nuestro país. Sin embargo, para la mayoría no son las raíces sino otras cosas, por ejemplo: sus alegres tradiciones como el “Oktober Fest” la cerveza y sus exquisitos embutidos; su historia llena de luces y sombras; o simplemente para una minoría, más privilegiada, algún viaje a esa parte del mundo que los ha conmovido por su historia, orden, limpieza y belleza.



En lo personal, Alemania hace un tiempo me venía dando vueltas en la cabeza. ¿Cómo es posible que en un continente que hoy sufre unas de sus crisis económicas más duras de la postguerra, exista un país en el centro de Europa, que aún siga creciendo y además se encuentre técnicamente en pleno empleo. Es cierto que la caída en la paridad Euro/Dólar ha beneficiado a su industria exportadora, pero el Euro no es propiedad de Alemania sino de toda la comunidad europea. Soy de los afortunados a los que la vida le permitió pasar este último tiempo un par de semanas en ese país y he llegado al convencimiento que existe una serie de condiciones culturales que pueden ayudar a explicar la exitosa industria alemana.

Quiero compartir una anécdota que puede ayudar a ilustrar lo que estoy planteando. De visita en una hermosa casa de un colega profesor de Heidelberg, después de tomar un delicioso desayuno “alemán” -con jamones, quesos, huevos a la copa y mermeladas varias-, su señora se excusa porque nos dice que tiene que ira a trabajar. Le pregunto entonces dónde trabaja y me dice que ella está encargada de hacer el aseo en un jardín infantil cercano a su casa. Como no lo podía creer, le pregunté a que se refería con hacer el aseo, y entre risas me dijo, exactamente lo mismo que hago en mi casa, limpiar baños, vidrios y pisos. Dicho esto tomó las llaves de su auto y se fue.

Esta anécdota me permitió entender mucho más de la industria alemana que una clase o conferencia acerca de las razones micro o macroeconómicas de su éxito económico. La actitud frente al trabajo bien hecho, a cualquier trabajo es notable. Mi experiencia visitando gente de campo dedicada a la pequeña agricultura, o empresas más tecnológicas y de mayor envergadura fue la misma que en la casa de mi amigo. Las cosas se han de hacer bien, porque simplemente así hay que hacerlas.

Debo decir sí que el sistema educativo alemán es clave en esto. La idea que a temprana edad los estudiantes se vayan decidiendo por carreras u oficios más técnicos, que no por esos son menos dignos o peor remuneradas, es un aspecto clave en la productividad y calidad de su trabajo.

Sí, Alemania me pareció un país especial, quizás las profundas heridas de la guerra y el esfuerzo asumido colectivamente para su reconstrucción les sirven hasta hoy para ser sensatos, austeros y muy trabajadores.

Chile es también un país sufrido por su geografía y nos ha costado mucho llegar hasta donde estamos. Sin embargo, hacer el trabajo bien hecho, no importando cuál sea éste, es algo que creo que aún podemos aprender de los alemanes.

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